viernes, 5 de octubre de 2007

Una noticia que no es novedad

Los casos de violencia en la escuela no parecen ser una novedad en nuestro país debido a que han ocurrido varios sucesos que terminaron con la muerte de niños y adolescentes inocentes de entre 12 y 16 años en los últimos siete años.

Con el último acontecimiento ocurrido en un pueblo ubicado a 250 Km. de la ciudad de Corrientes, se vuelve a abrir el debate de la responsabilidad social que tienen los maestros en las escuelas donde concurrían los asesinos y las víctimas respectivamente.

En el año 2000, en Rafael Calzada, a la salida del Polimodal, un compañero de la víctima de 16 años le disparó, produciéndole la muerte, porque se burlaba de él diciéndole “Pantriste”.
En Septiembre de 2004, en Carmes de Patagones, Chubut, un chico de 19 años tomó el arma de su padre y mató a tres compañeros e hirió a otros.

Lo paradójico de los casos es que los adolescentes culpables parecen ser niños normales, sin ninguna alteración, pero a la vez, investigándolos, comienzan a aparecer rasgos distintivos (y muy minuciosos, si se quiere) del perfil psicológico de los agresores.

A su vez, éstos hechos quedaron en mano de la justicia pero, al tratarse de menores de edad, éstos son ininputables. Por ende, lo único que esperan los padres de las víctimas es rogarle a la Justicia Divina o bien, realizar marchas para peticionar a las autoridades que eviten la repetición de hechos similares a las tragedias ocurridas.

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